Esta colección es parte de nuestra historia. Elaborada en nuestra propia planta de producción en Malawi, que ya no existe. Cada pieza lleva el nombre de la costurera que la cosió, como muestra de aprecio y visibilidad.

Establecer la planta de producción fue un paso audaz: un proyecto colectivo, apoyado por muchos que creían en la creación de valor justo y global. La colección representa lo que se puede lograr cuando las personas se unen, pero también los desafíos de mantener estas estructuras a largo plazo.

Las piezas nos recuerdan de dónde venimos y qué nos impulsa: moda que significa más que consumo.